Tsukasa tiene que irse de viaje de negocios con Abe, el jefe que tanto odia. Abe era la persona más ruda, mala y lujuriosa que jamás había conocido. Al cenar con su pareja, incluso le recordó que la invitara y mostrara sus pechos para que su pareja los viera. Cuando ella le recordó que perdería el tren de regreso a Tokio, Abe le dijo que no se preocupara, que cambiaría su billete para tomar el último tren de regreso. Pero cuando todo terminó, él no cambió el billete y le echó toda la culpa a ella. A esta hora ya no quedan billetes de tren para comprar, e incluso al hotel no le quedan habitaciones. Por suerte, el socio tenía un amigo que era dueño de una posada, así que les ayudó a encontrar una habitación. Pero la habitación no tiene aire acondicionado, ¡es incluso una habitación individual! Sin otra opción, Tsukasa solo pudo pasar la noche compartiendo habitación con su odiado jefe, y este también fue su peor cumpleaños. Ella tampoco sabía que Abe también tenía sus propios planes. Mientras ella se duchaba, él puso un anestésico en el vino y la obligó a beberlo. Y después de quedarse dormido, comenzó a invadirla, no se olvidó de grabarlo y la obligó a servirle toda la noche....